2025 promete una cadena de producción más flexible, innovadora e integrada.
Las nuevas tecnologías en la cadena de producción de la industria envasadora
Las nuevas tecnologías están transformando todas las cadenas productivas, y la industria envasadora no es la excepción. La cadena de producción de la industria envasadora es compleja, con múltiples requisitos y desafíos. Comienza con la selección de las materias primas para el envase, que deben cumplir con varias exigencias ambientales y del producto. Al mismo tiempo se debe diseñar el tipo de envase, lo que exige que diseñadores y fabricantes trabajen juntos para lograr los objetivos.
Las innovaciones son cruciales para asegurar que los productos lleguen a los usuarios finales en óptimas condiciones. Al mismo tiempo, se exige que los envases sean inocuos para los seres vivos y la naturaleza. Si 2024 nos sorprendió con los avances de la robótica, inteligencia artificial, Big Data e IoT, 2025 promete más flexibilidad e integración, junto con el desarrollo de biomateriales destinados a revolucionar la industria envasadora.
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En esta industria encontramos varios tipos de líneas de envasado, incluyendo sistemas integrados, altamente automatizados y eficientes, que parten de la materia prima del envase para entregar el producto listo para su distribución.
Más allá de esto, la cadena de producción debe adaptarse a una gran variedad de industrias y productos, desde alimentos y bebidas hasta medicamentos, cosméticos o productos industriales.
Si bien la mecanización de la industria del envase no es algo nuevo, los avances tecnológicos han permitido llegar a los más altos niveles de automatización, donde la digitalización y la sostenibilidad juegan un rol central. ¿Por qué decimos esto? Porque tradicionalmente se ha considerado que esta industria tiene una elevada huella ambiental, debido al consumo de energía y generación de residuos.
Precisamente, las innovaciones apuntan a una industria envasadora más sostenible, eficiente y orientada a satisfacer las necesidades de un consumidor cada vez más exigente.
En 2024 ya vimos cómo la robótica, la inteligencia artificial, Big Data y la Internet de las Cosas transformaron radicalmente muchos procesos. Frente a avances tecnológicos que parecen de ciencia ficción, 2025 promete:
- Más flexibilidad.
- Integración.
- Desarrollo de biomateriales destinados a revolucionar la industria envasadora.
La cadena de producción flexible no es una novedad. Sin embargo, las nuevas tecnologías están permitiendo llevar este concepto a otro nivel, minimizando el desperdicio y haciendo todo el proceso más eficiente, sostenible y adaptado a las necesidades de los clientes.
En realidad, el sistema de producción flexible fue creado por la empresa Toyota a mediados del siglo XX. En una primera etapa, estaba destinado a optimizar la utilización de recursos, para evitar el despilfarro. Basado en ideas simples, demostró su eficacia a lo largo de las décadas. Ahora, a la luz de la industria 4.0, está revalidando títulos, ya que se impone como una de las principales tendencias para 2025.
Las ideas principales del sistema Toyota son:
- Producción “Just in time”, o justo a tiempo, propone producir solamente lo necesario y con la máxima calidad. Exige planificación, control y revisión constante de los estándares.
- Jidoka o automatización. Propone alcanzar la máxima automatización posible sin prescindir de la supervisión humana.
- Kaizen o mejora continua. Es un concepto clave, ya que impulsa a superarse y ser cada vez más eficientes y sostenibles.
Las nuevas tecnologías son clave para llevar la producción flexible a su máxima expresión. Un sistema de fabricación flexible se podría definir como aquélla que adapta la demanda de los diferentes elementos que intervienen en el proceso, en cualquier momento y circunstancia. Se trata del concepto “just in time” adaptado a máquinas dotadas de avances tecnológicos que les permiten modificar sus funciones según se requiera.
La producción flexible es muy importante en la cadena de producción de las líneas de envasado y almacenamiento. Por ejemplo, la tecnología de cobots permite desplazarlos a lo largo de toda la cadena para adecuar la producción a las necesidades. Así, se elabora solamente el producto y volumen necesario, evitando la acumulación de stocks y la necesidad de espacios de almacenamiento.
Es fácil comprender que todo esto lleva a una mayor eficiencia, ya que se reduce el volumen de materias primas empleadas, al mismo tiempo que se aprovechan mejor los materiales y se reducen los costos.
La cadena de producción flexible no está condicionada por volúmenes mínimos para alcanzar la eficiencia, ya que incluso se pueden producir envases personalizados, puesto que los avances tecnológicos permiten contar con máquinas capaces de fabricar diferentes tipos de elementos sin modificar la cadena.
La mayor integración de la cadena productiva es, al mismo tiempo, una necesidad y una consecuencia de la producción flexible. Para que sea posible, es necesario que todas las estaciones de trabajo estén conectadas entre sí y supervisadas por un software capaz de adecuar la producción a las necesidades concretas.
En este aspecto, juegan un rol central la inteligencia artificial, los software avanzados, los algoritmos… ¡y las personas! Frente a los cada vez más elevados niveles de automatización, existe la ilusión de que se podría prescindir de los trabajadores humanos. De hecho, se prevé que para 2030 el 15% de la fuerza laboral global será desplazada debido a la automatización, y un 9% podría ser reubicado en trabajos… ¡que todavía no existen!
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En realidad, la automatización requiere de personal especializado, capaz de supervisar los procesos e interpretar los datos, puesto que la imaginación y creatividad humanas son imprescindibles frente a los riesgos de la inteligencia artificial y la mecanización.
Así, si hablamos del impacto de las nuevas tecnologías en la integración de la cadena de producción, debemos hacer hincapié en el llamado “triple impacto”:
- Ambiental.
- Social.
- Económico.
Es decir que, además de ser más eficientes, las empresas deben contribuir al desarrollo sostenible y mejorar las condiciones de vida de sus empleados y las comunidades en las que se encuentran.
No significa que las empresas deban dejar de lado la rentabilidad financiera; de hecho, si una empresa no es rentable para sus accionistas o propietarios corre el riesgo de desaparecer. Sin embargo, precisamente las nuevas tecnologías están llevando a un modelo empresarial que busca trascender el éxito económico y ser positivo para la comunidad.
En su momento, los plásticos representaron una verdadera revolución en la industria del envase. De hecho, los primeros plásticos resistentes y moldeables utilizados para la fabricación de envases fueron el polietileno y poliestireno y se desarrollaron en la década del 30 del siglo pasado.
¿Y si te dijéramos que restos de esos plásticos de hace casi 100 años todavía están dando vueltas por el mundo? Es probable, ya que el tiempo de degradación de los primeros plásticos se calcula en 100 a 1000 años. Con el agravante de que nunca desaparecen del todo, ya que se convierten en micro o nano plásticos que la ciencia está comenzando a descubrir en el agua y en la vida marina.
Frente a este riesgo ambiental, primero comenzaron a desarrollarse plásticos biodegradables, pero la verdadera revolución son los biomateriales para envases. Se obtienen a partir de fuentes naturales, pero las nuevas tecnologías juegan un rol central para integrarlos a la cadena productiva:
- Inteligencia artificial. Se utiliza para desarrollar nuevos biomateriales y optimizar procesos de producción.
- Impresión 3D. Permite la creación de envases personalizados y complejos utilizando biomateriales.
- Envases circulares biobasados. Son envases que cumplen con los requisitos de sostenibilidad a lo largo de toda la cadena de valor.
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Hasta aquí llegamos con la nota “El Impacto de las Nuevas Tecnologías en la Cadena de Producción: Innovaciones para 2025”. Recordá que en Full Pack SA solucionamos los procesos de envasamiento para que los productos lleguen a destino con los más altos niveles de eficiencia. Además, somos distribuidores oficiales de las marcas más importantes del mercado. ¡Consultanos ante cualquier inquietud!
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Revista El Empaque (2022). La automatización, de tendencia a imperativo. https://issuu.com/axiomapruebas/docs/ee_8-6_links
Luz Digital (2023). Triple impacto: ¿qué significa y cómo llegar a ser una empresa B? https://luzdigital.org/triple-impacto/
PoliSantaFe (2023). Historia del envase de plástico: evolución e impacto.https://polisantafe.com.ar/historia-del-envase-de-plastico/
National Geographic (2024). ¿Qué es el plástico y por qué tarda tanto en degradarse? https://www.nationalgeographic.com.es/medio-ambiente/preguntas-y-respuestas-sobre-plasticos_22266
CincoDías (2024). El futuro de los biomateriales se escribe con inteligencia artificial. https://cincodias.elpais.com/companias/2024-01-01/el-futuro-de-los-biomateriales-se-escribe-con-inteligencia-artificial.html