¿Se puede ser sostenible y competitivo al mismo tiempo? La respuesta es sí, ya que sostenibilidad y productividad son las dos caras del gran espejo que es la industria.
¿Se puede ser sostenible y competitivo al mismo tiempo? La respuesta es sí, ya que sostenibilidad y productividad son las dos caras del gran espejo que es la industria. Si alguna vez las prácticas sostenibles aparecieron como un lujo o una sofisticación, hoy en día las empresas entienden que la sostenibilidad es una condición para ser más competitivas y eficientes.
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En realidad la idea de sostenibilidad sugiere solo el medio ambiente. Es correcto, ya que este concepto nació asociado al cuidado ambiental. Sin embargo, hoy en día abarca tres dimensiones: ambiental, económica y social. ¡Ayudá a que esta alianza se mantenga por siempre!
Para entender por qué decimos que sostenibilidad y productividad son las dos caras del gran espejo de la industria, repasemos brevemente algunos conceptos básicos.
- Productividad industrial. Se mide en términos de eficiencia, es decir, la capacidad de producir más con menos. Por lo tanto, ser productivos no implica producir más sino producir mejor. En la medida de la productividad entran factores como innovación, gestión de equipos, calidad total o servicio al cliente.
- Sostenibilidad. Es la capacidad de la empresa para generar resultados a largo plazo, teniendo en cuenta las dimensiones económica, ambiental y social. Se basa en el concepto tradicional de sostenibilidad, que implica garantizar el uso de los recursos naturales a las generaciones presentes y futuras. Ayuda a pensar la empresa como un proyecto de vida, capaz de comprometerse con sus integrantes, el ambiente y la comunidad.
- Competitividad. La competitividad es la capacidad de la empresa para destacarse sobre la competencia o mantener una posición en el mercado. Esto puede lograrse a partir de varios factores. Para ser competitiva, la empresa debe innovar, reducir costos y ser flexible para adaptarse a las demandas cambiantes del mercado. Ganar porciones de mercado no es solamente vencer en la relación precio/calidad, sino también incorporar otros elementos que convierten a una empresa en una líder de la industria.
Así, es más fácil comprender la metáfora del espejo de sostenibilidad y productividad. Una cara nos muestra el presente y el futuro de la disponibilidad de recursos naturales, sociales y económicos. La otra, la empresa buscando la forma de ser más eficiente y productiva. Girando el espejo, podemos ver ambas caras al mismo tiempo: integrando las prácticas sostenibles a las estrategias de productividad, llegamos al punto crítico, la competitividad.
La estrategia empresarial es clave para equilibrar las tres dimensiones de la sostenibilidad: ambiental, económica y social. Pero... ¿cómo puede ser compatible con la competitividad? En realidad, este desafío forma parte de las nuevas decisiones que tienen que tomar las empresas, ya que sostenibilidad y productividad deben ser aliadas en la relación con los colaboradores, proveedores, clientes y la comunidad.
Es importante, ya que según la encuesta Voto por el Clima 2024, la mayor encuesta independiente sobre cambio climático, el 63% de las personas considera los efectos de este fenómeno para decidir dónde vivir, trabajar o comprar. Además, el 61% piensa que las grandes empresas no están haciendo lo suficiente para afrontar el cambio climático.
Y cuando hablamos de cambio climático, no nos referimos al derretimiento de los glaciares o el blanqueamiento de los arrecifes de coral... ¡o no solamente a esto! Sino a sus consecuencias en la vida cotidiana. De hecho, las empresas deben tener cada vez más en cuenta las crisis ambientales en su gestión de riesgos.
Veamos algunas de las estrategias de sostenibilidad y productividad que ayudan a ser más competitivos:
- Innovar. Innovar en estrategias sostenibles permite abrir nuevos modelos de negocio y aportar soluciones a situaciones que antes no se consideraban problemáticas. Por ejemplo, implementar nuevas formas de ahorrar agua y energía o tratar los residuos de la empresa. También, analizar posibilidades de incorporarse a la economía circular relacionándose con la comunidad. Las innovaciones generan un impacto positivo en la imagen de la empresa, aumentando la confianza del cliente.
- Encontrar nuevas oportunidades de negocio. Las estrategias sostenibles pueden facilitar el acceso a nichos de mercado hasta este momento inexplorados. Según un estudio de Global Webindex, las generaciones más jóvenes, que integran la mayoría de las generaciones de trabajadores y consumidores, estarían dispuestas a pagar más por productos sostenibles. Implica la posibilidad de aumentar las ventas y ganar espacio en el mercado.
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- Acceder a nuevas fuentes de financiación. El mercado financiero ofrece posibilidades a las empresas que opten por una estrategia de sostenibilidad y productividad, desde inversores socialmente responsables hasta organismos públicos nacionales e internacionales. Contar con más crédito ayuda a la empresa a planificar y aumentar la productividad a largo plazo.
- Alinear las metas económicas, ambientales y sociales. Implica poner a las personas en el centro de las estrategias, con el objetivo de actuar de manera de armonizar los diferentes intereses. Esta alineación mejora la reputación de la empresa y aumenta la posibilidad de retener talento.
- Cumplir las metas ambientales... ¡y comunicarlo! Una buena estrategia de comunicación es central cuando se adoptan políticas de sostenibilidad. La comunicación debe abarcar el ciclo completo, desde la implementación de las distintas medidas hasta los resultados obtenidos. Además, debe estar dirigida a los distintos grupos de interés de manera que cada uno pueda entender claramente de qué se trata, qué se hizo, por qué y con qué resultados. Esto aumenta la confianza de clientes, usuarios, empleados y proveedores, lo cual se traduce en más y mejores ventas.
Como toda estrategia que se implemente en la empresa, es necesario realizar un seguimiento y medir su impacto y efectividad. Algunos de los indicadores más utilizados son:
- Emisiones de dióxido de carbono. Como es sabido, el CO2 es uno de los gases con mayor impacto en el efecto invernadero. En una empresa, las emisiones de CO2 provienen de la utilización de combustibles fósiles, tanto en maquinarias como flota, aunque también se debe tener en cuenta el consumo de electricidad. Para realizar el cálculo de emisiones se pueden utilizar factores proporcionados por organizaciones internacionales.
- Consumo de agua y energía. Puede cuantificarse como metros cúbicos o Kw por unidad producida.
- Residuos generados. Mide la tasa de desechos como cantidad total de residuos generados en kilogramos, sobre el total de unidades producidas.
- Creación de empleo, disminución de la rotación y retención de talento. Se refiere a la dimensión social de la sostenibilidad. Puede calcularse en forma de tasas o porcentajes considerando el total de nuevos empleos o empleados que dejaron la empresa sobre el total o promedio de empleados.
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Hasta aquí llegamos con la nota “Sostenibilidad y Productividad: Un Enfoque Competitivo”. Recordá que en Full Pack SA solucionamos los procesos de envasamiento para que los productos lleguen a destino con los más altos niveles de eficiencia. Además, somos distribuidores oficiales de las marcas más importantes del mercado.
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Compromiso RSE (2020). El 61% de los millennials, dispuestos a pagar más por productos sostenibles y ecológicos. https://www.compromisorse.com/rse/2020/02/17/el-61-de-los-millennials-dispuestos-a-pagar-mas-por-productos-sostenibles-y-ecologicos/?form=MG0AV3
Sostenibles (2021). Sostenibilidad y competitividad: una prioridad para las empresas. https://sostenibles.org/2021/04/15/sostenibilidad-competividad-y-empresa/?form=MG0AV3
Naciones Unidas (2024). Encuesta Voto Popular por el Clima 2024. https://climatepromise.undp.org/es/news-and-stories/la-mayor-encuesta-sobre-el-cambio-climatico-se-encuentra-disponible-estos-son-los
