Las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) incluyen también envases, empaques y embalajes, como parte inseparable del producto.
Si bien las Buenas Prácticas de Manufactura son muy conocidas en la industria alimentaria, ésta no es la única que debe aplicarlas. De hecho, son obligatorias en procesos como alimentos o medicamentos y dispositivos médicos. En otras, como los cosméticos o algunos productos químicos, son optativas para las empresas.
En realidad, cada vez más empresas eligen voluntariamente certificar sus buenas prácticas, ya que esta certificación se convierte en una garantía de que las empresas controlan su producción y las condiciones de trabajo.
Contar con una certificación en Buenas Prácticas de Manufactura es una verdadera carta de presentación, tanto en mercados locales como internacionales, especialmente frente a consumidores que cada vez son más exigentes respecto de cómo se elaboran los productos que consumen.
Te puede interesar: Automatización accesible: simplificando tus procesos de envasado
Por otra parte, las BPM son en definitiva un conjunto de principios y recomendaciones técnicas que, aunque aplican principalmente al procesamiento de alimentos, incluyen sistemas como HACCP de identificación de puntos críticos de control que pueden ser aplicados por otras industrias y apuntan a garantizar la calidad e inocuidad de los productos.
Las Buenas Prácticas de Manufactura incluyen los envases y utensilios que están en contacto con los alimentos, medicamentos y otros alcanzados por estas normas, de forma obligatoria o voluntaria.
El objetivo es garantizar que los envases no pongan en peligro la salud, causen un cambio en la composición de los productos o un deterioro de sus características organolépticas.
En las industrias en las que la aplicación de Buenas Prácticas de Manufactura es obligatoria, como las alimenticia y farmacéutica, es de aplicación el Anexo BPM de la ANMAT. Este documento contiene normas vigentes para:
- Operaciones y procesos practicados para obtener un envase o utensilio que esté en contacto con alimentos terminados.
- Insumos utilizados.
- Manipulación de envases y materiales que estén en contacto con alimentos en todas sus etapas, desde la materia prima hasta el producto terminado.
Las empresas que producen envases o utensilios alimentarios que están en contacto con los alimentos, deben cumplir los mismos requisitos que las empresas elaboradoras de alimentos.
Por ejemplo, rigen las mismas exigencias respecto de las condiciones físicas para la ubicación de los establecimientos, instalaciones, pisos y techos. También en lo que hace a las condiciones de trabajo, como baños y vestuarios, instalaciones para lavarse las manos, iluminación, ventilación y demás.
Además, deben contar con programas de capacitación para todas las personas que manipulen los envases y utensilios alimentarios, a fin de adquirir conocimientos sobre las BPM e higiene personal para evitar la contaminación a lo largo de todo el proceso productivo.
Lo mismo rige para las empresas que almacenen envases y utensilios alimentarios que estén en contacto con alimentos.
La norma determina las siguientes condiciones:
- Almacenamiento de materiales. Todos los materiales que se empleen en el envasado deben almacenarse en condiciones de sanidad y limpieza en lugares destinados a tal fin.
- Características de los materiales. El material deberá ser apropiado para el producto a envasar y para las condiciones previstas de almacenamiento. No debe transmitir al producto sustancias objetables.
- Satisfacción. El material de los envases debe ser satisfactorio y otorgar una protección apropiada contra la contaminación.
- Prevención de la contaminación y la contaminación cruzada. Los envases o recipientes no deberán haber sido utilizados para ningún fin que pueda dar lugar a la contaminación del producto. El envasado deberá hacerse en condiciones que eviten la contaminación del producto.
- Inspección. Los envases o recipientes deben inspeccionarse inmediatamente antes del uso a fin de tener la seguridad de que se encuentran en buen estado.
El almacenamiento y transporte de alimentos y medicamentos implica la utilización de empaques y embalajes. Es decir, embalajes del tipo secundario y terciario. Cada uno de estos cumple diferentes funciones:
- Embalaje secundario. Se utiliza para contener y agrupar los productos envasados. Por ejemplo, cajas de cartón que contienen un conjunto de unidades como cajas o latas. Facilita el almacenamiento y transporte. Proporciona una capa de protección adicional contra daños físicos durante el almacenamiento y transporte.
- Embalaje terciario. Facilita el manejo a gran escala y transporte masivo, agrupando varios embalajes secundarios. Por ejemplo cajas de madera, envolturas plásticas o paletas.
También en este caso hay Buenas Prácticas de Manufactura obligatorias. Estas indican que los productos terminados deben almacenarse y transportarse de manera que no se produzca contaminación y alteración de los productos, y se protejan los envases que contienen. Además, durante el almacenamiento del producto terminado se deben realizar inspecciones y controles que aseguren que sólo se expidan productos que cumplan con las normas de Buenas Prácticas de Manufactura.
Por último, los vehículos encargados del transporte también deben encontrarse en condiciones de higiene adecuadas, de manera de evitar la contaminación y alteración del producto terminado.
En caso de ser necesario, el empaque y el embalaje deben contener las instrucciones o condiciones especiales que deban cumplirse para realizar el transporte adecuado y seguro del producto.
Las buenas prácticas de manufactura son inseparables del sistema HACCP, es decir, Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control por sus iniciales en inglés. De hecho, ambos sistemas de gestión se complementan para asegurar la calidad e inocuidad de los productos, especialmente en las industrias alimentaria y farmacéutica.
Te puede interesar: Robótica en envasado: mejora productividad y eficiencia
El HACCP se enfoca en los peligros específicos en todas las etapas del proceso, establece los puntos de monitoreo y control y determina las medidas para la prevención, eliminación o reducción de los peligros a niveles seguros. Así, en tanto las BPM aseguran que todos los procesos están bajo control, el HACCP establece dichos controles de manera específica.
En síntesis, HACCP se basa en:
- Análisis de riesgos. Identifica los peligros potenciales que puedan afectar la seguridad de los productos.
- PCC. Determina los puntos críticos de control donde pueden producirse los peligros biológicos, químicos o físicos y donde es posible controlarlos o eliminarlos.
- Límites críticos. Establece los límites para cada PCC, asegurando que el peligro está controlado.
- Monitoreo. Implementa procedimientos para asegurar el control de cada punto crítico.
- Acciones correctivas. Define los pasos a seguir cuando el monitoreo indica una desviación.
- Verificación. Establece procedimientos para comprobar el funcionamiento del sistema HACCP.
- Documentación. Recopila y mantiene registros precisos de todos los procedimientos y monitoreos relacionados con el HACCP.
Si pensamos en la aplicación de HACCP en el proceso de empaques y embalajes, se deben determinar en primer lugar los puntos críticos de control. Si bien varían según el tipo de producto, algunos de los puntos clave a considerar pueden ser:
- Recepción de materiales. Verificar calidad, seguridad y cumplimiento de las normas. Realizar la inspección visual y pruebas de laboratorio aleatorias.
- Almacenamiento. Los lugares de almacenamiento deben cumplir con condiciones que prevengan la contaminación y deterioro. Por ejemplo, se deben verificar las condiciones de temperatura, humedad e higiene.
- Manipulación y preparación de materiales de empaque. Asegurar que se manipulen de manera adecuada y segura.
- Embalaje secundario y terciario. Asegurar que los materiales y procedimientos garantizan la protección de los productos durante el proceso de carga, transporte y descarga. Deben proteger de daños físicos y contaminantes.
Leé también: Líneas de envasado
Hasta aquí llegamos con la nota “¿Qué son las buenas prácticas de manufactura (BPM) en empaques y embalajes?” Recordá que en Full Pack SA solucionamos los procesos de envasamiento para que los productos lleguen a destino con los más altos niveles de eficiencia. Además, somos distribuidores oficiales de las marcas más importantes del mercado.
¡Consultanos ante cualquier inquietud!
¿Qué te pareció este contenido? ¡Dejanos tus comentarios!
INTI. Buenas Prácticas de Manufactura (BPM). https://www.inti.gob.ar/areas/servicios-regulados/certificaciones/organismo-de-certificacion/tramites/buenas-practicas-de-manufactura?form=MG0AV3
ANMAT. Anexo BPM. https://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/385000-389999/389547/rescon24.pdf